¿Cuál debe ser el perfil del candidato de la opción democrática de tal forma que logre, en primer lugar, ganar las elecciones de 2012 y en segundo lugar, lograr superar la actual crisis que vive el país, o al menos sentar las bases para superarlas?
Un grupo de amigos, Diego, José, Renato, Julio y mi persona realizamos el siguiente ejercicio para intentar definir el perfil en cuestión:
Una descripción resumida de la situación política, económica y social de Venezuela podría ser como sigue: En lo político. Un presidente personalista, autoritario, centralista y no respetuoso del Estado de Derecho que controla a través de su partido al Poder Legislativo y a través de éste a todos los demás poderes y empeñado en establecer un modelo socialista real (Castro-comunista). Una oposición constituida por un numeroso espectro de partidos políticos empeñados en restituir la Democracia, el Estado de Derecho y el derecho de cada venezolano a la búsqueda y logro de una vida mejor. Y una sociedad con un sentimiento anti-partido, polarizada en dos porciones similares que defienden, cada una, a alguna de las dos opciones mencionadas, y una proporción mayoritaria que no quiere al modelo Castro-comunista pero que tampoco consigue ser convencida por la oposición porque está anclada solo en las cuestiones negativas del período previo a 1998, cuando se instaló el régimen actual. En lo social. Un déficit marcado en los servicios básicos de educación, salud y seguridad ciudadana. Una infraestructura pública en proceso continuo de deterioro. Una administración de justicia precaria. Y un alto porcentaje de la sociedad viviendo en estado de pobreza. En lo económico. Una economía en decrecimiento, la inflación más elevada de latino América y una de las más altas del mundo, estatización no justificadas de empresas privadas, inversión privada en franco decrecimiento, la suma del desempleo más el empleo informal en niveles críticos, el derecho a la propiedad privada en tela de juicio, uso de los recursos del Estado para la exportación del modelo Castro-comunista, y una empresa petrolera politizada y en franco deterioro.
No es tarea fácil la que tendrá que enfrentar nuestro candidato, sobre todo si se toma en cuanta que aún ganando las elecciones de 2012, tendrá que enfrentarse a la dificultad de tener una Asamblea Legislativa dominada por la facción del actual régimen hasta el 2016, lo cual dificultará revertir las leyes vigentes anti-constitucionales y la sustitución de los funcionarios vinculados al régimen que actualmente ocupan cargos en los diferentes poderes públicos nacionales.
Nuestro candidato, para enfrentar los escollos antes planteados deberá tener el siguiente perfil:
Capacidad de integración. La búsqueda de consenso tanto dentro del bloque democrático (pluripartidista y de visiones ideológicas distintas), como en una sociedad actualmente polarizada será un factor clave de éxito. Para lograrlo se requiere de una persona que tenga capacidad de escuchar, de negociar, que sea firme pero flexible y con una gran capacidad de trabajo en equipo.
Capacidad de comunicación. Desmontar las ideas inoculadas por el actual régimen en la sociedad (Descrédito de la empresa privada, ‘ser rico es malo’, soy pobre porque otro me robó mi oportunidad, para dar paso a lo colectivo debo desprenderme de mis derechos como persona, la situación calamitosa del país es culpa del imperialismo) y contagiar al país con una visión compartida de prosperidad lograble con el esfuerzo de todos, requerirá de una capacidad de comunicación asertiva, con un mensaje sencillo, descriptivo, que llegue a la gente.
Confiable. Retomar el camino democrático tendrá mucho que ver con la actuación del próximo presidente. La democracia siempre será perfectible, pero no hay garantía de que no pueda vivir momentos regresivos. El actual régimen es producto de un proceso de deterioro de los partidos en períodos previos a 1998. La sociedad ha perdido la confianza en los mismos y esa confianza es crucial recuperarla. Esto requerirá del próximo presidente de un alto grado de credibilidad, integridad, honestidad, transparencia. Debe decir lo que se hace y hacer lo que se dice, debe cumplir lo que se promete y no prometer lo que no se puede cumplir.
Estadista. Venezuela llegó a la modernidad de manos del petróleo. Sin embargo, de manos del petróleo ha llegado a la peor crisis de su historia, está enfrentando el fenómeno de la ‘maldición de los recursos’. El candidato de la opción democrática deberá tener la capacidad de estadista que le permita vender una visión de país cuyo crecimiento provenga del trabajo de su gente, en el cual exista una relación Estado-Sociedad que permita un óptimo desarrollo de los recursos naturales a través de la participación privada, que promueva una integración geopolítica en la cual primen los intereses de la Nación, que logre cambiar la imagen internacional de país forajido (no respeto de los DDHH), que propicie las inversiones tanto nacionales como extranjeras, y que perfeccione la democracia y propicie el desarrollo económico y solución de los problemas de la gente a través de un compromiso decidido con el proceso de descentralización del Estado.
Gerente actualizado. El mundo actual se caracteriza por cambios a velocidades vertiginosas. Un jefe de Estado responsable debe estar al día en las últimas tendencias en seguridad alimentaria, en materia de educación y salud, en protección ambiental, en fuentes de energía emergentes, nuevos modelos de generación de riqueza, en mecanismos de inserción en el proceso de globalización, en manejo de tecnología de comunicación e información, en general innovador, entre otros.
Marzo de 2011
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