El inesperado anuncio sobre la colocación en la bolsa de valores de Hong Kong de un porcentaje de las acciones de PetroPiar, empresa mixta donde PDVSA posee el 70 por ciento y Chevron el 30 por ciento de las acciones, revela la inmensa hipocresía de los hampones que manejan Venezuela y PDVSA. No es que el concepto sea malo. Al contrario, he sostenido ya por mucho tiempo que PDVSA debe poner en el mercado abierto de valores un porcentaje de sus acciones. Eso es lo que hizo Petrobrás hace algun tiempo, con resultados positivos por dos razones: Uno, le dió dinero para invertir en su negocio petrolero y, dos, incrementó la transparencia de la empresa, porque una empresa con socios privados es más transparente que una empresa de total propiedad del Estado.
El problema con esta inesperada transacción es que el dinero que se derive de ella no va a ir a PDVSA sino que va a ir a los bolsillos rapaces y sucios del régimen, para alimentar la descabellada e insaciable campaña presidencial. Porque, si las cosas siguen como van, el régimen gastará unos treinta mil millones de dólares de los venezolanos, hasta Octubre de este año, para tratar de elegir presidente a una desvaída versión barinesa del Cid campeador. Esta es una iniciativa irresponsable y nadie debe dudar de la perversión de la jugada. Nadie quien ame realmente a su país debe liquidar inmensas riquezas nacionales para jugar una partida que le hace inmenso daño a la Nación.
El Cid no resucita a cada rato y Chávez aparentemente piensa que, a diferencia de la figura legendaria del español, él tiene muchos babiecas que montar. Mi mensaje para Hugo Chávez, quien llegó al poder en hora malhadada para convertirse en neroncillo tercer mundista y defecarse en el alma de los venezolanos, es el siguiente: cometes un grave crimen colocando tus ambiciones de agonizante político y/o físico por encima de los intereses de la nación.
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