Tengo que confesar con tristeza que lo que dicen Henrique Capriles y el único rector independiente del CNE, Vicente Díaz, me producen ya algunas náuseas.
Lo que dice Capriles ya lo he comentado en este blog (ver post anterior). Ahora leo lo siguiente:
1. ND.- Un artículo de opinión el rector del Consejo Nacional Electoral, Vicente Díaz, dice que las elecciones presidenciales "fueron pulcras, pero injustas y desiguales". Asegura que "el problema electoral en Venezuela no está en la sala de totalización o en las máquinas de votación. El problema está en el uso electoral del músculo del Estado. Esa es la batalla".
Luego de expresar su admiración por el candidato Capriles y su campaña, agrega lo siguiente sobre Chávez:
2. [Expreso] mi admiración por el Presidente Chávez, con independencia de la inequidad electoral que lo acompaña. Asumir el costo personal de una campaña como esta luego de estar lidiando con una gravísima enfermedad como el cáncer revela una vocación y un temple que no es para nada común.
Sobre lo primero, eso de que las elecciones fueron “pulcras” pero “injustas y desiguales”, debo confesar que me da náuseas. Como es posible definir unas elecciones como pulcras y, al mismo tiempo, como injustas y desiguales? Lo pulcro es limpio, esmerado. Puede ser limpio y esmerado lo que es injusto y desigual? Por favor!! Hasta cuando estamos dándole vueltas a la necesidad perentoria de llamar las cosas por su nombre? Estas elecciones fueron sucias, no pulcras. Fueron abusivas, no pulcras. Hasta cuando toleraremos que se cagen en el alma de los venezolanos? Si los villanos nos están robando impunemente y nuestros amigos están suavizando la píldora, que nos queda a los venezolanos? Agarrar un fusil e irnos a la montaña? Esos tiempos fueron de verguenza para Venezuela. No deben volver. Pero, que camino tiene el venezolano honesto, obligado a transitar entre la esclavitud y la mansedumbre? Yo digo que hay que hablar claro y en alta voz. El régimen de Chávez es un régimen de hampones y no es posible co-existir pacificamente con esa gente.
Sobre lo segundo, rechazo indignado que Diaz profese “admiración” por ese gran traidor y corrupto llamado Hugo Chávez. Pretender la re-elección enfermo de gravedad es una muestra de profunda irresponsabilidad, de gran desprecio por los mejores intereses de la nación. Como es posible que Diaz lo llame un acto de “vocación y temple”? Vocación para engañar? Es esto loable, Díaz? Temple? Ambición de poder más que temple, lo llamo yo. Que asumió un costo personal? Pamplinas. Costo personal hubiera sido renunciar, como ha debido renunciar, a su candidatura. El costo real ha sido el de la nación venezolana, miles de millones de dólares empleados en mantener al mediocre personaje en el poder.
Aun admitiendo la buena fe de Capriles y Díaz, pués no tengo razón alguna para dudar de ellos, debo confesar que estoy indignado por esta actitud. Lo digo con pesar.
No es aceptable ponernos de rodillas.
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