tomado de asarmasdecoronel.blogspot.com
Claus Graf: la modestia como bandera:
No tuve el placer de trabajar al lado de Claus Graf pero siempre lo ví como un joven brillante, primero como geólogo, luego como gerente, hasta alcanzar el tope jeráquico de PDVSA. Y digo joven, porque Claus, quien acaba de fallecer en su séptima década de vida, siempre me lució así, muy juvenil. Lo ví muchas veces por Oripoto, donde su padre y él compartían su pasión por las orquídeas. El, en Exxon, yo en Shell, no era mucho lo que nos veíamos, aunque PDVSA se encargó de integrarnos.
Como producto de la disciplina de Exxon y de su filosofía de trabajo en comités, Claus llevó a PDVSA mucha de las virtudes de esa manera de trabajar. Mientras en Shell se desarrollaba una filosofía más abierta, de iniciativas individuales, en Exxon se mantenía una actividad sistemática, donde muchos ojos veían más que dos. Ambas filosofías tuvieron su mérito y algunas debilidades pero, en el balance, ambas se complementaron para hacer de PDVSA una organización eficiente y hasta pujante.
Claus Graf fue un geólogo entusiasta y luego un gerente que promovió el trabajo de equipo. Su atractiva personalidad tuvo como principal característica la modestia. Nunca pareció auto-promocionarse o tratar de sobresalir, dejando que su eficiencia hablara por él. Y así lo comprendió la gente que lo llevó a los mas altos niveles.
Claus tuvo maravillosas ideas como la del Museo Geológico Virtual (y Vial), el cual puede verse hoy en la red: (http://www.pdv.com/lexico/museo/fosiles.htmy http://www.pdv.com/lexico/museo/rocas/rocas.htm) y promovió activamente las rondas de campos marginales en la década de los 90, las cuales dieron gran impulso a la producción petrolera en el país.
Al recibir la noticia de su fallecimiento me he entistecido porque aun tenía los dorados años de la tercera edad por delante. Pienso que esta generación de gerentes petroleros que se nos va, no nos está dejando suficiente testimonio escrito de todo el bien que le hicieron al país. Sería deseable que se hiciese un esfuerzo organizado en este sentido, como contribución a la formación de una historia ciudadana que no se está contando.
Y, como dice mi querido amigo Antonio Pasquali, a quien no cuenta su historia alguien se la cuenta, quizás de manera no acorde con lo realmente sucedido. No nos queda mucho tiempo para hacerlo. Tennis, anyone?
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