Según cifras de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) el potencial de las refinerías que operan en este país, solo ha crecido un 8% desde 2004, aumentando de 1 millón 205 Mil Barriles Diarios (MBD) en ese año, a 1 millón 303 mil que tienen como capacidad instalada en el 2013, según el último informe de gestión entregado por la estatal.
Sin embargo, no solo se trata de la capacidad existente en las seis refinerías que conforman el Sistema Refinador Nacional, sino las distintas y gravísimas fallas que presentan en la actualidad sus instalaciones.
El sistema está compuesto por el Complejo Refinador Paraguaná (CRP) que es considerado uno de los más grandes del mundo, y comprende las refinerías Amuay y Cardón, ubicadas en la Península de Paraguaná, en el noroccidental estado Falcón; Bajo Grande en el estado Zulia; Refinería El Palito (REP), en el estado Carabobo, y el Complejo Refinador de Puerto La Cruz, al oriente de Venezuela, donde operan las refinerías de Puerto la Cruz y San Roque.
Durante los últimos años las instalaciones estas refinerías han presentado múltiples problemas con alarmante regularidad. Y las únicas explicaciones a estos hechos, argumentadas por el Gobierno Nacional, apuntan a elementos saboteadores que obedecen a intereses propios y foráneos.
Amuay una tragedia olvidada
El 25 de agosto de 2012 marca la fecha del peor accidente ocurrido en Venezuela en los procesos petroleros en la era moderna: la tragedia de Amuay, que dejó 41 muertos, según las cifras de Pdvsa –-aunque algunas ONGs calculan más de 50 víctimas fatales. ¿La explicación?, nuevamente sabotaje. Pero... de quién. Shhh, nadie responde. Silencio total. El caso ha ido quedando en el olvido, excepto para los que habitan cerca de Amuay. Ni ellos ni la refinería, volvieron a ser los de antes.
Iván Freites, quien entre los trabajadores sigue siendo reconocido como secretario ejecutivode la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), a pesar de haber sido despedido por Pdvsa, es uno de los hombres que mejor conoce las instalaciones que componen el Complejo Refinador Paraguaná y en el caso de la Refinería Amuay, detalla que opera con 370 MBD, muy por debajo de sus 645 mil de capacidad instalada, lo que representa un 57,3%. Esto es, asegura, debido a fallas en la unidad Flexicoquer. Además, su planta Catalítica de 108 Mil Barriles Diarios pasó apenas a refinar 70 mil, lo que a su vez afecta la Alquilación -productora de alquilato, componente esencial para la gasolina-, que está a 40% de su capacidad instalada.
Un total de 14 tanques se quemaron en 2012 y aún no han sido reparados o sustituidos en su totalidad, lo que dificulta el almacenamiento de hidrocarburos, especificó Freites, también presidente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de Falcón. El dirigente sindical asegura que los inconvenientes de la Refinería de Cardón en parte se deben a que desde el año 2002 no se acatan las normas de mantenimiento preventivo y correctivo. Esto lleva a que su productividad fluctúe entre 50 y 70%; a pesar de que actualmente está por debajo de esas cifras, al procesar 150 MBD, de los 310 que tiene de capacidad, es decir un 40%.
Mientras que la Refinería Bajo Grande, mencionada por Pdvsa como una instalación capaz de procesar 16 MBD de petróleo, y única que produce asfalto, se ha convertido en un gran almacén, por ser muy costoso movilizar sus insumos, ya que aunque gerencialmente depende del CRP se ubica en el estado Zulia a varioskilómetros de distancia de Cardón y Amuay, que se encuentran en Falcón.
El Palito no es la excepción
La Refinería El Palito (REP), de gran importancia por su ubicación en el Centronorte del país, fue una de las instalaciones más seguras de la industria petrolera venezolana. Sin embargo, en lo que va de 2015, ha sufrido tres incidentes que demuestran la fragilidad de sus instalaciones que surten de combustible a 14 de los 23 estados de Venezuela.
El 13 de febrero de este año ocurrió un derrame de agua mezclada con hidrocarburos, que generó malestar entre los pescadores y prestadores de servicios de la playa cercana a la REP, quienes vieron perder una de sus mejores temporadas de ingresos en fechas de Carnaval, debido a que los turistas prefirieron ir a otros balnearios que no presentaran contaminación visible.
El día 26 del mismo mes, explotó el pulmón de uno de los compresores de aire, lo que reveló que de los cuatro compresores que tiene la planta, dos están inoperativos desde hace 5 años por falta de repuestos. El pasado 16 de marzo una fuga de gas Isobutano alarmó a las poblaciones cercanas a la REP, que recordaron aquel 19 de septiembre de 2012, cuando la caída de un rayo generó un incendio en dos de los tanques de la refinería. Es preciso recordar que estos tanques aún no ha sido sustituidos, y la Refinería El Palito sigue sin sistema de pararrayos.
Pero en la opinión de Freites lo más preocupante es que esta importante instalación petrolera se ha vuelto dependiente de otras, ya que la planta desmineralizadora, encargada de enviar agua a las calderas, también se encuentra dañada y debe recibir el agua de la termoeléctrica cercana, Planta Centro.
Bajo este panorama, la REP opera con solo 80 mil de los 140 mil barriles de petróleo que debería procesar al día, apenas un 57%.
No hay inversión tecnológica
Para el secretario general de la Futpv, José Bodas, la situación de la industria petrolera y específicamente del área de refinación local es crítica, debido a que quienes están a la cabeza de Pdvsa "no se han preocupado por invertir en las adecuaciones tecnológicas necesarias".
En el caso particular de la Refinería de Puerto La Cruz Bodas relata que la situación es alarmante, ya que el pasado 12 de diciembre de 2014, el Craqueador Catalítico que es el corazón de la planta, dejó de operar para una parada mayor -mantenimiento profundo-, que estaba previsto culminar en 45 días. Sin embargo a la fecha no ha sido reactivado, por lo que las consecuencias son graves, ya que el 54% de su producción se destina al mercado interno, y apenas opera la Destiladora Atmosférica 1 (DA-1) con 25 mil barriles diarios de 42 mil que debería procesar, lo que coloca a la refinería muy por debajo de los 187 MBD que tiene como meta.
Bodas asegura que, si bien Pdvsa no ha informado oficialmente los retrasos de la puesta a punto del Craqueador Catalítico, se están presentando muchas fallas con compresores y bombas. Y los problemas se extienden a las calderas, talleres eléctricos y de instrumentación, que tienen más de cinco años en remodelación y "no hay manera de que terminen la adecuación, a pesar de que los trabajos han sido adjudicados a diversas empresas contratistas", reitera y luego añade que la Refinería San Roque, única en Venezuela que procesa petróleo parafinoso para la producción de cera, y cuya capacidad es de 5 mil barriles diarios, en el mejor de los casos procesa el 60% de esta cantidad, por falta de repuestos y equipos que obedece a la escasez de dólares, de la que no escapa ni siquiera la principal industria de Venezuela.
Las refinerías venezolanas procesan en total actualmente, 618 mil barriles diarios de petróleo, apenas un 47,42% de su capacidad instalada que son 1 millón 303 mil.
Tan inseguras como el resto del país
En la mayoría de los países donde se procesa crudo, las refinerías son recintos prácticamente sacrosantos, e ingresar a ellas es tan complicado como los procesos químicos que se realizan en su interior. Pero acá, es muy diferente. "Hemos denunciado en múltiples oportunidades ante la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), los constantes robos en la Refinería de Puerto La Cruz, donde incluso han salido golpeados o heridos los trabajadores, pero nadie hace nada", se queja José Bodas. "Es alarmante la falta de equipos de seguridad tan elementales como una mascarilla de detección de ácido fluorhídrico (H2S). El trabajo de un petrolero se ha convertido en una aventura digna de alientes".
No obstante, para José Bodas lo más insólito es que en la Refinería de Puerto La Cruz, ni siquiera hay ambulancias disponibles, ya que la mayoría está inoperativas por falta de repuestos, dificultando la posibilidad de trasladar a posibles afectados a algún centro asistencial de la zona.
Convenios son hipotecas y cargas
Al tocar la nota disonante que con orgullo entona el Gobierno venezolano y que glorifica los múltiples convenios internacionales que mantiene Pdvsa, el sindicalista José Bodas asegura que no pasan de ser una monstruosa hipoteca. "se habla de una supuesta soberanía petrolera, pero se mantiene una deuda que supera los 46 mil millones de dólares con el Gobierno chino, y transnacionales como la rusa Gazpron, además de Repsol, Mitsubishi y la estadounidense Chevron, que participan en diversas empresas mixtas con la petrolera venezolana".
Iván Freites hace especial énfasis en la gran carga que tiene la estatal con los acuerdo de ventas de petróleo a crédito a países del Caribe y Centroamérica, mientras Venezuela debe comprar gas natural a Colombia para uso doméstico y termoeléctrico, a pesar de ser el 8° país del mundo con más reservas probadas de este hidrocarburo, y el primero de Latinoamérica.
Vale recordar que Venezuela importa gasolina desde Estados Unidos y Brasil, apoyándose también en la Refinaría Isla, ubicada en Curazao, que a pesar de ser propiedad de Pdvsa debería tener una producción únicamente destinada para el mercado internacional. En realidad es una cadena casi interminable de irregularidades que manchan, de color tan oscuro como el petróleo, el nombre de la que en algún momento fue una titánica y vigorosa empresa y hoy, al parecer, no pasa de ser un paciente en terapia intensiva: Petróleos de Venezuela, al que le chupan la sangre más vampiros de los que habitan en Transilvania.
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