Gustavo Coronel
domingo, 6 de septiembre de 2015
PDVSA: de Vaca Lechera a Perro Callejero
Durante nuestros años en PDVSA usamos con frecuencia la matriz del Boston Consulting Group, BCG, la llamada Matriz de Crecimiento y Participación en el Mercado (Growth and Market Share Matrix) para saber dónde estaba PDVSA en relación a sus competidores. Esta matriz es sencilla y divide a las empresas en: Estrellas, Vacas Lecheras, Dudosas y Perros Callejeros, nombres que simplemente describen la capacidad competitiva de las empresas, sin ninguna intención ofensiva.
DIAGRAMA
% Estrellas Dudosas
Crecimiento
Producción
Vacas Lecheras Perros Callejeros
___________________________________________
ß-- Participación en el Mercado
Más Menos
PDVSA nunca llegó a ser una Estrella en términos de su participación en el mercado, debido a su relativamente estable nivel de producción, pero si ocupó brevemente una posición intermedia entre Estrella y Vaca Lechera para convertirse en una consistente Vaca Lechera. Se comparaba con empresas como BP y Shell, estaba por debajo de ARAMCO, por encima de PEMEX, PETROBRAS, PERTAMINA, ENI o CFP. Estaba a años luz de ECOPETROL y otras pequeñas empresas latinoamericanas. Por 25 años se mantuvo como una empresa profesional, confiable, con un grado de eficiencia que comenzó a declinar en la década de los 90 , lo cual la llevó a abandonar su modelo de organización de empresa matriz con tres empresas afiliadas integradas verticalmente, a favor de lo que se convirtió, bajo el chavismo, en empresa única, el modelo fatal.
Su progresiva conversión de Vaca Lechera a Perro Callejero se llevó a cabo, esencialmente, durante los años del chavismo. La eliminación de empresas operadoras afiliadas poco antes de la llegada del difunto imposibilitó la comparación entre operadores. Se crearon unidades funcionales, todas las cuales se convirtieron en centros de costos. Aun el Mercadeo se convirtió en centro de pérdidas gigantescas, tanto en el caso del mercado Doméstico como en el Mercado Internacional, debido a las exportaciones subsidiadas o simplemente regaladas, las cuales llegaron a representar unos 300.000 barriles diarios para los países del caribe y del ALBA. Más tarde esto se agravaría, al tener que destinarse petróleo con descuentos ocultos a pagar la deuda de la Nación con China, un dinero que no iba a incrementar la capacidad productora de PDVSA sino que era destinado a mantener al agonizante sátrapa en él poder, como lo admitió el ex-Ministro Jorge Giordani.
La conversión de PDVSA en Perro Callejero se aceleró con el nombramiento de Rafael Ramírez en la posición dual de ministro del sector (quien controla) y presidente de PDVSA (el controlado) , de manera que se pasó a tener una empresa que se controlaba a sí misma, perdiéndose toda posibilidad de corregir desviaciones e ineficiencias y de castigar la creciente corrupción. Este pecado capital fue acompañado por una decisión de "gran estrategia": la conversión de la empresa en una empresa "social", no ya orientada hacia los negocios medulares típicos de una empresa de energía, sino a actividades que poco o nada tenían que ver con ellos. PDVSA se convirtió en una empresa que hacía casas (mal hechas), que importaba comida (frecuentemente podrida y con sobre facturación), que distribuía alimentos (a través de una empresa corrupta llamada PDVAL), que destinó inmensas sumas de dinero sin transparencia alguna a las llamadas Misiones, lo cual se convirtió en una hemorragia financiera sin límites ni rendición de cuentas. PDVSA se convirtió en compradora de aviones para satisfacer los absurdos requerimientos de la burocracia oficial, llegando a tener más de 30 aeronaves a su nombre, en las cuales se transportaban ex-presidentes parásitos a lo Zelaya; amiguitos como Sean Penn y Danny Glover; amiguitas como Naomi Campbell ; los hijitos, sobrinitos y cuñaditos de la familia Chávez o gerentes de la empresa y sus familias en viajes de placer, como Alejandro Granado, el ex-presidente de CITGO. El mismo Chávez se aficionó a estas aeronaves, hasta que descubrió los aviones de Cubana de Aviación y hasta les regaló un inmenso avión a los Castro, además de helicópteros a Morales, todos pagados con dinero de PDVSA.
Esta radical transformación de PDVSA de empresa petrolera en caja no tan chica del chavismo la hizo perder los recursos que debían ser invertidos para aumentar la producción y mantener los equipos existentes. Bajó la producción en unos 700.000 barriles diarios y comenzaron los derrames petroleros, las explosiones en las refinerías, las paradas no programadas. El óxido moral de su gerencia se convirtió en óxido físico en refinerías, tanqueros y oleoductos.
Hoy en día PDVSA es un Perro Callejero en la terminología de la gerencia estratégica y está lista para su desaparición como empresa. Es demasiado tarde para salvarla, ya que es una empresa que tiene cinco veces más empleados de los que necesita, que tiene deudas que probablemente superan el valor de sus activos, que presenta vicios de contabilidad que involucran miles de millones de dólares (caso de la empresa minera vendida al Banco Central), que usa el Fondo de Pensiones de sus empleados para especular en compra y venta de bonos y que ha celebrado de manera ilícita (sin licitación, con necesidad de ser investigados) grandes contratos con amigos de la gerencia, como se ha documentado abundantemente en este blog. Su cultura corporativa está podrida, al asociarse con una ideología política obsoleta y fracasada y al haber prostituido su misión y sus valores.
Los niños juegan con juguetes y hay algunos quienes los destruyen. Regímenes como el chavismo juegan con las instituciones y las empresas del estado y las destruyen, las convierten en Perros Callejeros.
A los niños se les reprende. A los cabecillas de los regímenes destructores se les castiga con la cárcel.
Publicado por Gustavo Coronel en 4:20 1 comentario:
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