EDUCATIVO Y ORIENTADOR ARTICULO DEL COLEGA MANUEL BARRETO HERNAIZ - Favor difundir !
Con un ápice de Vergüenza
"Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto"
Georg Christoph Lichtenberg.
Ayer martes se conoció que el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, al invocar la Carta Democrática Interamericana contra el régimen que hace estragos en nuestro país, generó enorme malestar en Nicolás Maduro, quien recomendó directamente a Almagro "enrollar la carta en un tubito" y darle un mejor uso.
Ya todos sabemos del limitado capital retórico, la burda elocuencia y la grosera verborrea de Maduro, quien se empeña en imitar a su mentor, aquel bufón bravucón y deslenguado que pedía a gritos lo mandasen a callar; con estos insultos tan sólo viene a demostrar – una vez más, y en esta ocasión allende nuestras fronteras- que es un sinvergüenza, en virtud que un sinvergüenza es aquel que no tiene decoro o cuya moral no le impide cometer faltas éticas.
Nos permitimos recordar que vergüenza, que proviene del latín verecundĭa, es la turbación del ánimo que se produce por una falta cometida o por alguna acción humillante y deshonrosa, ya sea propia o ajena.
Ahora bien, y metiéndonos en los terrenos gramaticales, pues inferimos que el presidente es un sinvergüenza, nos encontramos que el término tiene significados diferentes. Sinvergüenza lo utilizaremos si queremos calificar a alguien de pícaro, bribón, descarado. En cambio sin vergüenza tiene un significado diferente y explica el modo en que se realiza una acción. Equivale a sin pudor, sin recato. Observa la diferencia entre «Se comportó como un sinvergüenza/ se comportó sin vergüenza».
Así lo anota el DRAE: Sinvergüenza: adjetivo/nombre común1. [Persona] Que obra o habla sin comedimiento o respeto y con descaro."¡Si estuviera aquí tu padre ya te ibas a enterar tú, sinvergüenza!"2. [persona] Que se comporta de forma inmoral. "En la Administración, al no existir un control rígido, el sinvergüenza tiene más oportunidades de quedar impune"
Todo lo indicado pretende sustentar el por qué se puede inferir que el presidente es un sinvergüenza: Es un sinvergüenza pues su ansia de poder le impidió reconocer su ineptitud, su escasa o nula destreza, formación, y capacidad para asumir la presidencia de nuestro país.
Es un sinvergüenza por auspiciar el libertinaje permisivo para violar las leyes, como lo cínico, y apocalíptico que cada semana se presenta en la Asamblea Nacional, donde a duras penas, los Diputados de la MUD, como opción verdaderamente demócrata, realizan extraordinarios esfuerzos para lograr la viabilidad política y social, capaz de lograr el rescate de la institucionalidad perdida. Es un sinvergüenza por negarse más que tozuda, irresponsablemente, a reconocer el fracaso de ese arcaico y demencial proyecto que tan solo nos trajo una terrible hambruna, no solo por la terquedad administrativa sino por las prácticas corruptas en la conducción del gobierno; por solicitar que le aprobasen Habilitantes tras Habilitantes innecesarias, volteando la vista ante las trapisondas, los errores y la corrupción que arrojaron nuestro país a un profundo precipicio…y al cambiar la correlación de fuerzas en la Asamblea Nacional, se amparó en ese otro acto que quedará registrado en las grandes las bellaquerías anticonstitucionales de nuestra convulsionada historia, aprobó la designación fraudulenta de los 16 nuevos magistrados al Tribunal Supremo de Justicia…
Pero lo que en verdad demuestra la total escasez de vergüenza en su ser, es ese absurdo, obstinado y miserable empeño en aferrarse a un poder que hace rato perdió, a sabiendas que pone en un riesgo de terribles consecuencias a toda una nación, que de manera estoica, vive, o mejor dicho, sobrevive inmisericordemente esta terrible crisis humanitaria…
Cualquier otro gobernante, con un ápice de vergüenza, ya hubiese renunciado.
Manuel Barreto Hernaiz
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