FAVOR DIFUNDIR MASIVAMENTE !
DOS DOCUMENTOS SOBRE LA TRÁGICA SITUACIÓN VENEZOLANA
Acaban de darse a conocer dos documentos sobre la situación venezolana que vale la pena comentar: uno se titula: Necesidad de un Acuerdo Nacional para el progreso y la paz de Venezuela", suscrito por organizaciones muy respetables como IFEDEC, Conindustrias, Fedecámaras, Consecomercio, Venezuela positiva y otras, verlo enhttp://lavenezuelaquequeremostodos.org/site/index.php/noticias/noticias/item/18-necesidad-de-un-acuerdo-nacional-para-el-progreso-y-la-paz-de-venezuela.html. El otro es una Proclama del partido Vanguardia Popular llamando a un Frente Nacional contra la Opresión, verlo en: http://tururutururu.com/?p=31013
Estos dos documentos ilustran mucho de lo que es bueno y de lo que es malo en la idiosincrasia venezolana y de las razones por las cuales estamos donde y como estamos. Ambos documentos son suscritos por miembros de la oposición venezolana pero sus contenidos difieren significativamente en lenguaje e intención.
El primero de los dos documentos: Necesidad de un …. es excesivamente largo y detallado, escrito en el idioma aséptico, neutro, ambiguo usualmente utilizado por nuestras organizaciones empresariales de todas las épocas, un lenguaje pródigo en frases hechas, perogrulladas, de párrafos altisonantes que repiten de manera incesante un diagnóstico harto conocido, sin ofrecer un plan de acción. Al mismo tiempo, guarda silencio sobre los trágicos abusos políticos, de corrupción y degeneración ética que caracterizan al régimen en el poder.
El documento nos dice:
"U@hotmail.com>n Gran Acuerdo Político: Imperiosa necesidad de la Convivencia Política.
Todo lo dicho en este documento luce idílico y superfluo sin plantearse seriamente la necesidad de lograr un acuerdo que sustituya la práctica de la exclusión política por un sistema institucionalizado donde convivan las distintas doctrinas e ideologías. Para ello, es indispensable identificar las causas que generan en el tiempo la falta de acuerdos políticos, económicos y sociales, que impiden lograr objetivos en materias de libertad e igualdad. La experiencia histórica nos dice que las prácticas de exclusión política que se inician y se mantienen desde el siglo XIX hasta hoy no han servido para resolver los grandes problemas de nuestro país y que, por el contrario, los han ido agravando.
La proclama por un acuerdo de este tipo de gran profundidad y gran aliento luce una herramienta indispensable para tomar la senda de la paz, de la prosperidad y de una auténtica democracia. Por todo ello, si es verdad que Venezuela y los venezolanos deben estar por encima de todo entonces ¡todos! debemos asumir la gran tarea de convivencia política, de progreso económico, de nivelación social y de erradicación para siempre de la pobreza en Venezuela".
También dice el documento:
"** El convencimiento del mundo político, en especial de los partidos políticos, de que es su responsabilidad crear un entorno de concordia política para coordinar la política económica y la política social.
Como podrá verse, el documento no establece responsabilidades por la tragedia venezolana actual y atribuye la crisis venezolana a un hábito histórico de "exclusión política", sin mencionar las razones concretas de lo que nos está sucediendo y a quienes son los responsables de la tragedia. En la práctica, el documento absuelve al régimen que nos ha acogotado durante los últimos 17 años y simplemente pide "crear un entorno de concordia política", la cual es imposible crear con la pandilla de bandidos que maneja el país. La corriente de opinión reflejada en este documento promueve un borrón y cuenta nueva en aras de una solución "rápida" a la crisis venezolana. Esto es inaceptable para miles, millones de víctimas de este régimen.
El documento se extiende en consideraciones que tendrían más que ver con un programa futuro de gobierno que en la necesidad de darle urgentemente un radical cambio a la situación política venezolana. Dice que debe promoverse:
"una plataforma económica consistente con aquella que implica rescatar las vocaciones ya experimentadas por Venezuela. Entre ellas:
** El turismo: el litoral central e insular y todo el país.
** La alimentación: la región andina y del sur del Lago de Maracaibo, la zona aledaña y cercana a Caracas,
** Los graneros: Portuguesa, Guárico, Barinas...
** El café y el cacao: Litoral Central, Barlovento, Península de Paria, Zona Andina
** La pesca: Península de Paria (Carúpano)
** Energía, la metalurgia y la cadena forestal: Guayana
** El petróleo: Zulia, Monagas, Anzoátegui
** La industria ligera: zonas actuales (Centro costera)
Esta es una enumeración que repite la receta de las organizaciones empresariales de los últimos 50 años. No es que sea mala sino que es de Perogrullo y no tiene cabida en un documento que debería enfrentar con decisión la trágica situación actual de nuestro país. Esta lista, que no dice nada nuevo ni posible a corto plazo puede formar parte de un programa de un gobierno democrático pero ciertamente no debería ser solamente enunciativo sino mucho más preciso sobre el cómohacerlo, que es lo que siempre falta en este tipo de documentos.
La gravedad del momento venezolano requería un documento diferente y nos exige un profundo examen de conciencia. Estamos frente a un régimen forajido que ha conducido al país a la ruina. Hay 250.000 venezolanos víctimas de la violencia por la cual el régimen es responsable, ha habido un despilfarro y saqueo inmenso del dinero de la Nación, hay hambre, mengua hospitalaria, miseria. El documento que he leído no refleja esta tragedia y termina exhortando, esperando, deseando. Es débil, muy débil. Y en la Venezuela de hoy la debilidad en el planteamiento frente a la tiranía es equivalente a complicidad.
En Venezuela no existe una simple diferencia de opinión sobre como gobernar, por lo cual este tipo de exhortación está fuera de lugar. Existe una batalla, queramos o no, entre la democracia y la tiranía. En esa batalla la constelación de organizaciones venezolanas que firma el documento pasa agachada y ello es decepcionante.
Por su parte el documento de Vanguardia Popular dice:
"La salida del gobierno es urgente, requiere de la Unidad de todos los sectores democráticos y debe ser pacífica, democrática, popular y constitucional. Creemos en la calle y en el voto como métodos de transformación de cambio, porque entendemos que no estamos en democracia, solo así podremos elegir y podemos hacer respetar nuestros derechos. Por ello, asumimos el compromiso de convocar y activar a un gran Movimiento de Lucha Cívica Nacional, bajo los principios de la lucha no violenta y la resistencia civil logre el Revocatorio en el año 2016 y la convocatoria del Poder Constituyente para reconstruir a Venezuela.
Y agrega:
"asumimos el compromiso de organizar y convocar un gran proceso de desobediencia civil nacional que no descansará hasta lograr la libertad de toda Venezuela. Si nos impiden realizar las elecciones, todo el pueblo deberá organizarse de forma masiva, simultanea, indetenible con disciplina cívica y no violenta en una gran movilización nacional en la que millones de venezolanos tengan la decisión de permanecer en las calles hasta que logremos restituir la democracia en nuestro país".
Este es el documento con el cual personalmente me identifico. Habla de ponerse de pie, no permanecer arrodillados. No habla de exhortar, desear, lo que el régimen miserable de Maduro/Chávez no dará jamás al pueblo: honestidad, transparencia, responsabilidad, tolerancia a la disidencia, rectificación de errores y justicia contra la corrupción. Habla de resistencia activa hasta que este régimen se vaya,
Yo no logro comprender como las organizaciones respetables que se adhieren al primer documento hayan podido suscribirlo con ligereza, sin pensar que estaban, para todo efecto práctico, oxigenando al régimen al atribuirle a la historia pasada y a toda la sociedad venezolana la responsabilidad por la tragedia venezolana. El silencio de ese documento frente a los abusos y crímenes del régimen durante estos últimos 17 años es sencillamente inexplicable.
Todavía tengo fe en la fuerza redentora del pueblo venezolano. Esa fuerza redentora no puede expresarse en lenguajes melosos, ambiguos y de excesiva cautela. Debe expresarse en un lenguaje franco y directo, el cual se enfrente a un régimen que ha arruinado al país.
No puede haber negociación ni entregas. Venezuela debe ponerse de pie y ser el país que puede y debe ser.
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