Pueblo en sintonía
Purulencia roja
Walid Makled, narcotraficante, una pieza de fuerza en el gobierno nacional. Todos los contratos y concesiones que les fueron dadas desde el más alto nivel gubernamental, no podría ser de otra forma, grandes espacios y contenedores en el puerto más importante del país, aeropuertos, aviones, negocio de la urea, flotas de transporte terrestre y buques de Pdvsa, todo eran parte de un mismo engranaje, un mismo negocio, el mismo, por el que está "pagando" supuestamente. Un mínimo de sentido común era suficiente para darse cuenta que todas estas piezas tenían un claro objetivo. Es resaltante que el plan no era precisamente evitar que se cometiera el delito. Todavía el pueblo desconoce los nombres que en la alta esfera fueron parte de este entramado, quizás uno de los más fáciles de señalar, porque dependía de la crema oficial, el gabinete, diputados, anillo cercano. Todo esto "hasta ahora" ha permanecido en la "sombra".
No ha habido forma de engañar en forma absoluta la suspicacia popular. Es una práctica del gobierno mantenerse en silencio frente a temas que no puede justificar, en los que no puede dar respuesta, tendría que barrer con todo el "gran estado mayor", precisamente, y vendría la implosión, no muy lejana ya. Los $ 25 mil millones desaparecidos de las arcas públicas, apenas una décima parte de los más de 260 mil millones de dólares que se han fugado del territorio nacional con la complicidad de la cumbre oficial. Lea bien, si, un realero. Otras fuentes señalan que han sido 400 mil millones verdes. El cadivismo rojo, protegiendo su burguesía parasitaria ha impedido que se publiquen las listas, se nombró una comisión de diputados de la AN que ha quedado en ridículo como también aquel mal comediante de la "habilitante anticorrupción", recuerdan. La élite sobrefacturó $ 22 mil millones, y se echó una "ayudaíta" con algunos amigos, con otros $ 49 mil millones más.
Los 200 mil homicidios e igual número de familias enlutadas, responsabilidad de este gobierno, tienen su explicación en todo el laberinto montado entre una burocracia oficial y otra para-oficial, una alianza que controla círculos enteros de alto rendimiento financiero y político. Son reconocidos algunos clanes del aparato judicial. Circuitos penales. Cárceles. Apertrechamiento militar a bandas de criminales y protección integral a "comandantes de territorios" que generan dividendos y apoyos compartidos en tareas especiales. Todo esto ocurre a la vista del país, y de funcionarios "electos" de todo nivel. Contrabando de cemento, cabillas, oro, combustible, coltán, drogas. No son muchachos los encargados nacionales de estos negocios, es la casta y estado mayor, la cúpula, la aristocracia burocrática.
Siguen apareciendo "héroes". Comienza a descorrerse el velo del laberinto oficial montado nacional e internacionalmente por oficiales activos y retirados, ministros, gobernadores, directivos medios, y operadores del inframundo criminal. Algunos de los que participaron en las jornadas del 4F y 27N de 1992 en nombre del "honor". Lavado de capitales, dinero fraudulento, narcotráfico transnacional, daños a la soberanía y al patrimonio de la república. No se deje sorprender, porque lo peor no ha salido todavía a la luz.
De sus carnes brota una fétida pus, un mar de pura purulencia roja. ¿Hasta cuándo?
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