viernes, 7 de mayo de 2010

Visita a Álvarez Paz

Alzando la voz

Visita a Álvarez Paz

Rafael Díaz Blanco

Muy temprano salimos por tierra para Caracas. Nos acompaña Guillermo Yepes. Más de doscientos “policías acostados” y varias alcabalas móviles nos esperan en el trayecto de diez horas por deterioradas carreteras. A las 10.30 de la mañana del día siguiente estamos frente al Helicoide, vieja estructura construida por la dictadura perejimenista que pretendió ser un centro comercial y hoy es una dependencia de la policía política.

Accedemos a la recepción y manifestamos nuestro deseo de ver a Álvarez Paz. Entregamos nuestra cédula. Mientras esperamos con otros visitantes la conversación transcurre amenamente interrumpida cada cierto tiempo por el anuncio de los funcionarios señalando no haber recibido todavía la orden de dejarnos pasar. Nos han registrado en una lista especial agrupándonos de tres en tres. Dejan pasar a sus familiares. Los demás debemos continuar esperando.

Finalmente, entregan los pases al primer trío quienes suben a un destartalado autobús. Al regresar el tercer grupo nos toca a nosotros. El chofer nos deja unos doscientos metros más arriba. Descendemos por unos calientes y poco iluminados vericuetos hasta llegar a la oficina de investigaciones donde suministramos nuestros datos personales, motivo de la visita y dejamos teléfonos y otros objetos. Esperamos un rato más. Los familiares deben salir para poder dejarnos entrar. Así sucede. Nos practican una requisa y entramos a unos cubículos que debieron ser parte de una oficina sin ventilación. Allí saludamos a Oswaldo. ¿Cuéntenme que pasa afuera?, nos dice. Le entregamos un par de libros e intercambiamos fugazmente informaciones y opiniones. Un funcionario policial ordena nuestra salida. Ha finalizado la visita. Va a ser la 1 y otros esperan. Nos despedimos rápidamente. Han transcurrido menos de diez minutos cuando emprendemos nuestro regreso. Tardaríamos una hora más en estar de nuevo en la calle.

Cambiamos impresiones. Álvarez Paz luce animado y en buen estado físico, aunque ya su rostro revela que lo tienen a la sombra. Está firme en su posición. Continúa su resistencia al régimen. Mantiene su disposición de pagar el precio que significa defender la libertad, las ideas democráticas, y sus derechos. Al fin de cuentas se trata de la libertad de Venezuela, de los derechos de todos los venezolanos. No le animan algunos tímidos ofrecimientos candidaturales. La oposición no puede reducirse a lo electoral. ¡No estoy aquí como parte de una estrategia electoral!, nos ha dicho.

Publicado en el Diario La Verdad de Maracaibo el 06 de mayo de 2010

Visita www.alzandolavoz.com Saludos, rdb

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