lunes, 15 de octubre de 2012

Basta de victorias morales

Basta de victorias morales
 
 
Primera parte

 
Anécdota introductoria
 
Antes de Richard Páez, el director técnico de la vino tinto era un argentino, o un uruguayo, no recuerdo el nombre. Recuerdo que perdimos frente a Brasil por 8 goles a 0. En el próximo partido perdimos 3 a 0.
 
Pues bien, salió un comentarista amante y defensor de las victorias morales y escribió que aquello era “una victoria moral” ya que habíamos descontado 5 goles, que en próximo partido empataríamos con Brasil 0 a 0; es decir, en el próximo partido íbamos a descontar 3 goles más ya que si habíamos sido capaces de descontar 5 goles, éramos capaces de descontar 3; hasta en el subsiguiente juego ganarle 1 a 0 a Brasil
 
Pues bien, salió aquel director técnico y dijo:
 
 
“Basta de victorias morales”
 
Ahí mismo, contrataron a Richard Páez y lo primero que hizo fue decir que no estaba dispuesto a dirigir un equipo de victorias morales sino de victorias reales
 
 
Segunda parte
 
 
Desarrollo del tema
 
Me parece muy bueno y muy enriquecedor el que haya puntos de vista distintos. Eso es la esencia de la democracia. Menos mal que de nuestro lado no somos chavistas y se vale la pluralidad de pensamiento; que no tenemos un caudillo, un emperador, un dictador; y que no somos focas y que se vale la discrepancia.
 
No olvidemos el famoso dicho que le atribuyen a Voltaire:
 
“Podré no estar de acuerdo con lo que dices, pero daría mi vida por defender tu derecho a decirlo"
 
 
En respuesta al e mail de un amigo quise escribir algo que titulé “basta de victorias morales”:
 
Yo apoyé a Diego Arria y muchos se horrorizaron. Yo no voté por Diego Arria porque haya sido su partidario sino por lo que decía Diego Arria. El haberlo apoyado me trajo problemas con mucha gente, no solo contigo.
 
Vistas las cosas con objetividad y sin apasionamientos, creo que Diego Arria tenía razón. Entre otras cosas, Diego Arria decía que los dictadores no salen con votos. Por ese tipo de conceptos, a Diego Arria se le apartó, se le marginó, se le excluyó y hasta se le escondió. Prácticamente se le llamó “radical golpista”. No solo fue tratado así por el régimen chavista sino también por nosotros.
 
Tanto fue esto así, que se dice que cuando la tragedia de Amuay ya tenían listo el acusarlo de un complot terrorista ideado por él. Entre otras cosas, el régimen chavista pensaba que la MUD no lo iba a defender. Menos mal que no hicieron eso, era un tanto descabellado, pero parece que tenían listo el chivo expiatorio en Diego Arria ya que parecía no tener dolientes y defensores de nuestro lado
 
Pero ya es tarde para llorar. La MUD se metió en una onda de “peace and love my brother CNE, I love you Tibisay”.
 
La MUD se metió en una onda de “paz, amor y Lexotanil”.
 
Lo antes dicho no quiere decir que hay que meterse en una onda de violencia, anarquía o algo parecido.
 
Recuerdo que Pablo Pérez dijo que él creía en el CNE porque con ese CNE había ganado. Capriles también dijo que con ese CNE le había a Diosdado Cabello, etc.
 
La MUD y Capriles le dieron un cheque en blanco al CNE. Hicieron un acto de fe ciega en el CNE. Además, también le dieron un cheque en blanco a las Fuerzas Armadas y también hicieron un acto de fe ciega en el CNE; en consecuencia, se concibió una estrategia de campaña como que si Chávez fuera un demócrata, como que si Tibisay Lucena fuera Carlos Delgado Chapellín, como que si el CNE fuera una suerte de sucursal de la congregación de la beata Madre Teresa, incapaces de hacer trampas, trucos y fraudes, así no lo llamemos “fraude”; como que si el régimen militarista con ideología marxista de Chávez fuera un mal gobierno pero dentro de una democracia (los beneficiarios de las misiones y demás chavistas no son comunistas pero Chávez sí lo es).
 
La conchupancia para arrebatarle el triunfo de Capriles el día de las elecciones entre Chávez, CNE, Fuerzas Armadas, PSUV y cubanos, no fue obra de casualidad, no fue improvisación, no fue sorpresa. Es cierto, que aquello se manejó al más alto nivel y que muchos chavistas de alto rango no lo sabían, pero aquello fue milimétricamente medido; aquella fue una estrategia previamente calculada y ensayada.
 
Chávez dijo en el 2004 que el Revocatorio sería la batalla de Santa Inés. Me tomé la molestia de leer un resumen de dicha batalla. No le paramos pero así fue. Se creó un cuello de botella, se atrasó todo, nos llevaron a la noche y aprovechando la oscuridad de la noche, montaron una emboscada donde se cambiaron los votos, tanto en el Revocatorio, como cuando Rosales, como cuando Capriles)
 
Salvando las especificidades y peculiaridades, sucedió lo mismo con Rosales y con Capriles. Zamora fue huyendo hacia el campo de Santa Inés donde a sus enemigos les esperaba una emboscada. Íbamos ganando hasta que en la oscuridad de la noche luego de las 6 de la tarde nos cambiaron los votos (Chávez retrasó la hora, media hora, y a la seis de la tarde ya es de noche en Venezuela)
 
Si no cambiamos el esquema y la estrategia de batalla electoral frente a Chávez, éste seguirá repitiendo el mismo éxito de la estrategia de la batalla de Santa Inés, tanto en el 2015 con las elecciones de diputados a La Asamblea como con las elecciones presidenciales del 2018
 
Por otra parte, actuamos como que si no tuviéremos una invasión cubana que nos convierte en una colonia cubano castrista que viola nuestra soberanía y libertad sino que lo que supuestamente tenemos con Cuba es una relación donde todo lo que hay que hacer es “una reestructuración de las cuentas”. Pero los médicos cubanos no teman, que se van a quedar, ya que no son ni espías ni propagandistas sino “hermanos latinoamericanos, hijos de la espada de Bolívar y la pluma de Martí” y por ende, nos quedamos en el ALBA; y además, que nadie se preocupe, que los cubanos se están escapando poco a poco.
 
Parece que todavía no entendemos que así como nos independizamos de España en el siglo XIX, también lo tenemos que hacer de Cuba en el siglo XXI
 
Como fruto de esa mentalidad, en la pasada campaña no hablamos de presos políticos, exiliados, jueza Afiuni, Simonovics, Vivas, Forero; los injustamente botados de PDVSA, que fueron más de 20 mil. Tampoco hablamos de revivir el caso Franklin Brito, que muchos dicen que previamente torturado, luego fue asesinado.
 
Tampoco hablamos del caso del fiscal Anderson, del cual hasta las piedras dicen quien fue el autor intelectual y que los supuestos autores materiales están injustamente presos.
 
Tampoco hablamos de Alejandro Peña Esclusa, preso político, que si bien está “libre”, no puede hablar, porque si dice “ñe”, vuelve a prisión. Es decir, tiene una mordaza. Tampoco tiene juicio, etc.
 
Y no es solamente Alejandro, hay centenares de presos ppoticos, en la misma situación de Alejandro
 
También nos hicimos los locos de toda la podredumbre moral de la que hablaba Aponte Aponte; etc.
 
Y lo antes dicho no era para hacer venganza. La venganza genera violencia.  La venganza no es cristiana. Venganza es lo que escribe Alejandro Dumas en su libro El Conde de Montecristo. Este libro estuvo por un tiempo prohibido por la jerarquía de la Iglesia Católica en lo que se llamó “el Índice”; pero una cosa es la venganza y otra cosa es la justicia. La falta de justicia genera impunidad y si bien la venganza genera violencia, la impunidad también la genera.
 
Nuestro discurso fue hablar que no habría venganza (“retaliación”), que no habría revanchismo pero nos callamos la palabra “justicia”. A eso se le llamó “reencuentro”, “reconciliación”, “inclusión”; etc. Lo que se desprendía de nuestro discurso era que iba a haber impunidad, así nunca hayamos nombrado esa palabrita, de la que nos supimos cuidar. Pero así como es imposible la reconciliación en base a la venganza también lo es en base a la impunidad.
 
Otro ejemplo fue cuando Capriles dijo que el único que iba a ser botado de PDVSA era Ramírez. Con todo respeto hacia Capriles;
 
 ¿Es que acaso el único bandido que hay en PDVSA es Ramírez?
 
¿Es que acaso no hay mafias enquistadas en PDVSA que le reportan a Ramírez?
 
¿Es que nadie en PDVSA iba a tener que responder por la comida podrida de PDVAL (PUDREVAL), las tragedias de EL PALITO y AMUAY, los derrames de Monagas que hicieron que fusilaran al Gato Briceño del PSUV por haberse negado a dar agua envenenada de petróleo; etc, etc, etc?
 
Además, Chávez se salió de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, ya está corriendo el año de preaviso, y no se dijo nada de que Capriles como presidente hiciera que Venezuela retornara a dicha Corte; y si se dijo, fue en u tono de voz demasiado bajo.   
 
Y mucho más que omito por razones de espacio y tiempo
 
Claro: había un fantasma, el voto blando chavista, conquistar el voto blando chavista. Y es obvio que dicha estrategia fue errada. Cuando uno deja de ser uno mismo y cambia su esencia para que voten por uno o por cualquier otra cosa, pierde su autenticidad; y no le puede ir bien
 
Como consecuencia, Chávez hizo una campaña de chavismo radical, grosera, procaz y soez; y nosotros hicimos una campaña de chavismo light, sumamente respetuosa. En lo de respetuoso estuvo bien pero en lo de chavismo light no. En algunas cosas, como por ejemplo que íbamos a seguir en el ALBA, había un cierto continuismo entre Chávez y nosotros; la diferencia era de estilo.
 
Ojo: no todo fue así, hubo excepciones, aunque pocas, una de ellas era que Capriles dijo categóricamente que abriría de vuelta RCTV aunque no dijo nada de las 40 y tantas emisoras de radio también injustamente cerradas.
 
Otro error en lo que incurrimos fue en eso de enfocar las recientes elecciones y las de Rosales como una “fiesta de democracia”; donde no se veían consignas de protestas tales como “pueblo madura, esto es dictadura”, o un afiche con la cara de Chávez y Fidel que dijera “Cuba reclama a su primera dama”; e incluso una de cuando Capriles estuvo preso: el ministro del Interior y justicia era Jesse Chacón, él fue el artífice de poner preso a Capriles, recuerdo la consigna: “Jesse, Chacón, asesino y maricón”.
 
Tampoco dijimos el famoso “se va, se va, se va, se va…”, que tantos ánimos nos dio cuando las marchas eran verdaderas marchas de protesta y no lo dijimos porque nos dio escrúpulos que nos llamaran “oposición golpista”. Lejos de eso, las marchas de esta campaña fueron marchas que parecían un carnaval y que en algunos aspectos parecían una bailoterapia no habían protestas; eran muy sabrosas, estaban llenas llena de música y bonche; pero las típicas marchas de una democracia verdadera (fui a todas).
 
No estoy diciendo que hay que buscar una vía de violencia, o de derramamiento de sangre, o de venganza o de revanchismo, pero sí de justicia y de entender lo que de verdad pasa en Venezuela; lo que pasa es que Chávez es un dictador militarista pero disfrazado de demócrata.
 
Si no cambiamos nuestra actitud mental frente a Chávez y por ende nuestra estrategia, en el 2018 se volverá a repetir la historia del Revocatorio del 2004, de Chávez- Rosales del 2006 y de Chávez-Capriles de 2012. Es más, si no cambiamos nuestra mentalidad, es predecible en el 2018 sacará 10 millones de votos y nosotros 8 millones; y volveremos a la sempiterna historia de las victorias morales especificadas en la anécdota introductoria.
 
Creo que de una vez por todas hay que decir no solo como se dijo en relación a la Vinotinto sino también en relación a los que no queramos que Chávez siga como presidente:
 
“Basta de victorias morales”
 
La mentalidad que hay que cambiar es que Chávez es un demócrata, que en Venezuela hay separación de poderes, que el CNE es imparcial y por lo tanto, se le vuelve a dar un cheque en blanco al CNE; que las elecciones son una fiesta electoral y no una salida pacífica frente a una dictadura disfrazada de democracia.
 
Además, no se debería volver a pretender censurar a supuestos golpistas radicales, tales como Rafael Poleo, Iván Ballesteros y hasta a Diego Arria; etc. Esto no es un problema de optimismo o de mente positiva, o de wishful thinking o como quiera que eso se llame; sino de realismo; de aceptar que Chávez es un dictador así gane con los votos (Hitler y Mussolini también ganaban con votos y no por eso dejaban de ser dictadores).
 
Los chilenos salieron de Pinochet cuando entendieron quién era Pinochet. En mi opinión, los venezolanos que nos oponemos a Chávez todavía no hemos entendido quién es Chávez; y mientras esa mentalidad siga así, Chávez seguirá ganando, sea con la operación remate, o la operación super remate, o ultra remate.
 
Ahora bien, a pesar de lo antes dicho hay que votar en diciembre y en abril. Habrá que irse por la teoría del mal menor. Yo prefiero un millón de veces a Capriles que a Jaua, uno que fue encapuchado, violento, que incendiaba autobuses y asaltaba camiones de comida para darle comida al pueblo; y prefiero un millón de veces a Ocariz, que a un traidor de la calaña del William Ojeda (yo voto en el municipio sucre).
 
Los zulianos tienen que apoyar a Pablo Pérez y no al traidor golpista del Arias Cárdenas; en el Guárico va de gobernador el chavista Rodríguez Chacín, el doble cedulado y en cuya hacienda en Barinas se dice que están los jefes supremos de la FARC, tales como Iván Márquez y Timochenko, etc.
 
Sería inadmisible que los aragüeños apoyaran como gobernador de Aragua a Tarek El Aissami y no a Richard Mardo, candidato de la MUD y que esto se deba a que los aragüeños opositores se hubieren abstenido (Makled acusó a El Aissami de ser su cómplice; es decir, lo acusó de narcotraficante).
 
Sería imperdonable que por la abstención, Barreto Sira perdiera en Anzoátegui frente al “navegao” del Aristóbulo, nombrado a dedo por Chávez. Aristóbulo no tiene ninguna conexión con Anzoátegui salvo un flamante y multimillonario yate que parece que sí lo tiene y que no lo adquirió, precisamente, por el sudor de su frente   
 
Lo de las elecciones de gobernadores en diciembre y de alcaldes en abril es una situación de emergencia. Es como una culebra que está ahí; si no la enfrentas, te mata; o como un incendio que si no lo apagas también te mata. Por encima de lo que sea hay que ir a votar y tratar de motivar a la gente a que vote por encima de todo.
 
No estoy de acuerdo con meter la cabeza en la tierra como el avestruz, hay que reconocer los errores que cometimos y tratar de que se entienda que Chávez es un dictador disfrazado de demócrata mediante el sistema electoral que controla y que se llama CNE; y además, la falta de separación de poderes ya que Chávez los controla todos; pero POR ENCIMA DE TODO VOTAR, Y A LA VEZ LLEVAR A OTROS A VOTAR.
 
Lo que antes dije de cambiar la mentalidad y entender que Chávez es un dictador y que esto no es ninguna “fiesta de la democracia”, es básicamente para las elecciones del 2015 para diputados a La Asamblea, donde otras cosas hay que revisar y depurar el REP, y no volver a permitir que Chávez sacando menos votos saque más diputados. Con este REP hay que morir para las elecciones de diciembre y abril; así lo aprobamos; pero eso no quiere decir que haya que resignarse a “un REP forever”.
 
Lo antes escrito no es porque defienda la violencia, la abstención o la violencia sino que es fruto de una gran angustia debido a leer y observar la historia, ya que creo que si no se hacen correctivos de fondo, seguiremos atrapados en la estrategia de Chávez de la batalla de Santa Inés, en donde Chávez es el Ezequiel Zamora de nuestros días.
 
En la emboscada del terreno de Santa Inés siempre nos ganará Chávez y por eso tenemos que más pronto que tarde salirnos de dicho terreno en que seguimos metidos.
 
LAMS

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