miércoles, 30 de marzo de 2016

Pacientes oncológicos terminales sufren falta de drogas para aliviar dolor

 

 

 

CRISIS HUMANITARIA DE LA SALUD SIN RESPUESTAS

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  • JULIO MATERANO

30 de marzo de 2016 06:00 AM

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Enfermos aseguran respirar la negligencia de una red de atención sanitaria en decadencia

El dolor constituye 90% de los motivos de consulta en oncología

Caracas.- Para quienes esperan ser atendidos en el Instituto de Hematología y Oncología de la UCV la ineficiencia del servicio es parte del cáncer que padecen. Advierten que todo ha empeorado desde que el centro suspendió el suministro de quimioterapia en julio de 2014. En el Instituto, aseguran los enfermos, se respira la negligencia de una red de atención sanitaria en decadencia que cada día cobra las vidas de los pacientes que padecen por la ausencia de drogas oncológicas, personal especializado, falta de reactivos para el diagnóstico y atención oportuna.

El oncólogo Fabio Fuenmayor, especialista en cuidados paliativos, asegura que carecen de las drogas para combatir los dolores, que en su caso constituye 90% del motivo de consulta. "Les pido a mis pacientes que ni siquiera pregunten por mi consulta y he decidido tomarme las 9 semanas de vacaciones vencidas del año pasado y las 11 de este año debido a que no tengo nada que recetarles para el dolor", dijo el galeno en un comunicado abierto.

Ayer solo el director del Instituto, Nelson Guédez, estuvo habilitado para atender a los pacientes en consulta externa, tenía 60 pacientes en espera. El resto del personal, denuncian los enfermos, está de vacaciones o ha decidido retirarse. La coyuntura no solo ha provocado enfado en los pacientes, en algunos casos también compromete la vida. Una crisis que para algunos se torna irreversible. Ayer pacientes protestaron a las afueras del consultorio de Guédez para pedir atención oportuna. Denuncian retrasos en el acceso a los medicamentos y estudios de marcadores tumorales. "El instituto no cuenta con nada de insumos. Ni un algodón para una herida", dice Mónica Martínez.

Yosimar Alemán tiene 21 años y es de La Guaira. Padece de cáncer de páncreas y dice que vive en carne propia la angustia de ver avanzar su enfermedad por la ausencia de medicamentos. La joven pide a la dirección del instituto que se responsabilice por el tratamiento y la atención de sus usuarios, quienes deben acudir a centros como el Hematoncológico del Domingo Luciani u hospitales como el Razetti en busca de una atención que en pocas ocasiones es oportuna.

"Les pido a mis pacientes que ni siquiera pregunten por mi consulta y he decidido tomarme las 9 semanas de vacaciones vencidas del año pasado y las 11 de este año debido a que no tengo nada que recetarles para el dolor".

"Estoy por el octavo ciclo de quimioterapia y no recibo dactinomicina desde el segundo ciclo, el cual inicié en octubre del año pasado", dijo. Alemán explicó que la ausencia del medicamento rompe el protocolo de atención. La escasez no solo recrudece en las farmacias de Alto Costo del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, sino que además pone en serios aprietos a la Fundación Banco de Drogas Antineoplásicas, según denuncian usuarios.

Se trata de una organización privada y sin fines de lucro, que desde hace 38 años distribuye medicamentos especializados. "He sido informado que Badan, prácticamente la única institución que expende analgésicos de manera masiva para los tratamientos que yo prescribo, está en la lona", aseguró Fuenmayor, especialista en cuidados paliativos.

"No lo distribuimos o está agotado", es la respuesta de Badan a quienes le consultan a través de su cuenta en Twitter (@FundacionBadan) la existencia de medicamentos como Mirena, Fenobarbital, Sinemet, Tropictal, Metrotrexato, entre otros. Carmen Sanz, quien es oriunda de Barlovento y padece cáncer de mama, dice que teme por su vida. "No se trata de algo que pueda esperar, es nuestra salud y se nos escapa a cuentagotas sin que podamos hacer nada para preservarla", agrega.

"Es muy difícil compartir día a día el deterioro, el sufrimiento y las complicaciones clínicas de un enfermo crónico (...) Lo que resulta inaceptable es presenciar ese mismo deterioro con las manos amarradas por un gobierno que les quitó a los enfermos desde la aspirina y los pañales hasta la morfina y las bombas de infusión", dijo el médico, al denunciar la crisis.

Yosimar Alemán tiene 21 años y es de La Guaira. Padece de cáncer de páncreas y dice que vive en carne propia la angustia de ver avanzar su enfermedad por la ausencia de medicamentos. La joven pide a la dirección del instituto que se responsabilice por el tratamiento y la atención de sus usuarios, quienes deben acudir a centros como el Hematoncológico del Domingo Luciani u hospitales como el Razetti en busca de una atención que en pocas ocasiones es oportuna.

El gremio alerta que de ocho tipos de analgésicos opioides (en más de 30 presentaciones), más de 20 analgésicos no opioides (en más de 60 presentaciones) y seis antiinflamatorios esteroideos (en más de 15 presentaciones), todos están agotados en el país. Isaura Rivero, presidenta de la Fundación Pacientes Oncológicos Impacientes, que surgió tras las suspensión de las quimioterapias en el Instituto de Hematología y Oncología de la UCV y agrupa más de 5 mil miembros, asegura que se trata de un problema que vive en primera persona. En días pasados el vicepresidente de esa organización, Rodolfo Baíz, falleció sin poder recibir tratamiento paliativo para el dolor.

"Padecía cáncer de pulmón pero su muerte se produjo por desidia médica, mala praxis y falta de medicamentos", señaló Rivero, quien indicó que Rodolfo debió someterse a la quimioterapia en El Llanito sin poder acceder Avastín, un fármaco  que evita la proliferación de células malignas.Mañana un grupo de pacientes se congregará en la Plaza Altamira de Chacao para protestar por la falta de medicamentos y denunciar las muertes de los pacientes.

"Padecía cáncer de pulmón pero su muerte se produjo por desidia médica, mala praxis y falta de medicamentos"

La crisis, coincide el gremio, se presenta en una realidad donde han agotado las alternativas para combatir las enfermedades oncológicas. "Empezamos a exigirles a los familiares cada vez más esfuerzo para conseguir el tratamiento adecuado, debimos hacernos los locos con el costo económico de nuestras prescripciones; y hasta nos hicimos creativos cambiando las presentaciones que se disponían con la ayuda de los farmaceúticos, hasta violentamos las normas haciendo uso de medicamentos ya vencidos. Pero todo se acabó", advirtió Fuenmayor.

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